Salta conmigo - Capítulo 2: Toma mi mano
- Kyon Andres
- 23 ene 2022
- 5 Min. de lectura

—¿Qué…qué dijiste? —expresó Teresa con asombro, estaba segura de que había escuchado mal. Instintivamente su cuerpo dio varios pasos hacia atrás para
—Saltar al fondo de la cascada. Te brinda la posibilidad no solo de ver toda la esencia de un nuevo mundo, sino que además está programado para que la vida animal te rodee en un momento mágico
—¿Estás loco? —replicó la chica con molestia. —¿Cómo que saltar? Es una locura, es una cascada. No planeo hacer eso
—Teresa…—dijo Seth con calma—. No estamos en el mundo real, por favor recuerda eso
Teresa quedó en silencio por unos segundos mientras se calmaba. Tenía razón, este era un mundo digital creado para que las personas pudieran alejarse del infierno en el que la Tierra se había convertido. Estaba programado para que nadie saliera herido y, sobre todo, para que todos pudieran tener lo que soñaran, no era descabellado el pensar en espacios así.
—¿Has estado en las secciones principales? —preguntó ella con duda
—Cinco de los siete, y te puedo decir que todo lo que te imagines existe en ese espacio. Desde los animales más increíbles o extintos, pasando por paisajes y lujos que ni en la vida real existen. Las secciones principales están construidas para el éxito de los habitantes del metaverso.
—Yo, no creo poder saltar
—Es como la sección de temores. Todos hemos estado ahí, saltas de un avión sin paracaídas, te lanzas al océano sin nada, te enfrentas a los animales e insectos más terroríficos de la vida o enfrentas a los seres inexistentes más descabellados. Este metaverso nos ofrece experiencias únicas
—Lo sé, pero… no puedo
—Te entiendo. Si no puedes lo respeto. Pero yo saltaré, no creo pueda tener otra oportunidad de hacerlo en esta sección, hay accesos que se consiguen una vez en la vida
Teresa se insultaba en su cabeza por ser tan cobarde. La oportunidad de su vida siempre había querido estar en las secciones principales y estar donde estaba parada en este momento, ni siquiera había sido una posibilidad. Ahora lo había logrado y no podía avanzar. Observó de reojo a Seth y vio como se acercaba al fin de la tierra para saltar
—¡Espera! —gritó Teresa con fuerza
Seth se sobresaltó ante el grito y algunas aves graznaron con terror, no estaban acostumbradas al ruido. —¿Qué pasó?
—Perdona —expresó ella. —No debí gritar, Tengo una pregunta para ti
Seth permaneció en silencio ante ello. Empezaba a preguntarse si no iba a salir con algo extraño, quizá no era la chica que estaba buscando.
—¿Por qué yo? ¿Qué viste en mi para que hagas esto? Con un acceso a esta sección podrías haber traído a cualquier chica, tendrías a toda mujer a tus pies porque garantiza una subida de rango y experiencia a niveles alto.
—¿Acaso tú preguntas a una madre porqué ama a su hijo? ¿O porque los nacionalistas mueren por sus países? No debes tener una razón lógica para ello, mucho menos virtual. Simplemente haces lo que sientes es correcto y está vinculado con tus sentimientos. Puedo decirte lo mucho que me gustas y lo hermosa que me pareces, podrías no creerme. Prefiero demostrarte, estás aquí y yo estoy aquí; y, sobre todo, quiero compartir una experiencia única contigo, que selle lo que sentimos. Porque sé que sientes lo mismo que yo, o no estarías aquí.
Teresa quedó en silencio. Sentía que su corazón saltaba a gran velocidad y su alma sonreía ante la persona que tenía en frente.
—¿Tomarás mi mano?
—Tomaré tu alma y estaré contigo para que veamos como los planetas nacen
Teresa sonrió al momento que recorría sus manos por sus muslos sin accionar a que hacer. —Entonces voy a saltar contigo, por nosotros y por ver algo que nos unirá
Seth se acercó y le dio un beso en la frente. —Eres la mujer más valiente, especial y única de la vida. Salta y seamos libres, yo iré atrás tuyo para que sepas siempre protegeré tu espalda.
—Te amo —expresó la chica con una sonrisa mientras saltaba al vacío con felicidad. Notaba como las aves le rodeaban para acompañarle en su viaje.
Seth quedó en silencio unos segundos ante las palabras que acaba de expresar. Era la primera vez que escuchaba esas palabras de parte de ella. Movió su cabeza mientras emitía una sonrisa y activaba el menú de su usuario.
Teresa empezaba a sentir la brisa y el agua chocar con su cara por la fuerza de la cascada. Estaba feliz, se sentía segura después de mucho tiempo, esperaba sentir los brazos de su amado en segundos y poder ver el nacer de un nuevo mundo. Cerró los ojos para no ver nada y no sentir nada más.
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Tobi redactaba un informe en un dispositivo electrónico con rapidez. Llevó la mano a su camisa para liberar el calor que su cuerpo emitía en esa habitación cerrada. Su uniforme policial era demasiado caluroso para ese lugar y maldecía en silencio por tener que estar ahí haciendo su actividad. Con el dispositivo tomó dos fotografías rápidamente para que se vinculen con su informe, debía terminar esto rápidamente.
La puerta de la habitación se abrió a sus espaldas y entraron dos jóvenes médicos. El primero era un joven de ascendencia asiática y cabello negro que se dirigió a la cama a velocidad, mientras sacaba algunos instrumentos de su maletín. Atrás ingresó un chico de cabello castaño y gafas, al entrar al lugar se sacó las gafas para dejar ver sus ojos color esmeralda.
—Empezaba a pensar ibas a llegar tarde —expresó Tobi con molestia
—No es tan fácil desconectarse del espacio en el que me encontraba —replicó el joven con molestia. —Tienes ya el informe del gobierno
—Sí, un caso más entre tantos. La nueva variante atacó y fue fulminante, no hay espacio para una revisión posterior. Hago bien mi trabajo, y veo que igual el tuyo. Siempre me he preguntado ¿Cuánto ganas por esto? ¿O hay algo más? ¿Qué me dices, Seth?
Seth le miró con una sonrisa de burla. —Te sorprendería lo que gano.
—La conocía y creía era alguien importante y que podía servir para nuestro trabajo, pero parece que no.
Seth no respondió al comentario y se acercó a la cama. Su compañero había sacado cuatro recipientes con mecanismos de criogenia médica y una bisturí de laser. Sin darle importancia se acercó a la joven que reposaba en silencio en el lugar. Teresa se mantenía en su cama, su rostro de tranquilidad daba la impresión de que permanecía en el metaverso.
—¿Procedo? —indagó el otro médico
—No está transmitiendo a la base, así que sí —explicó Tobi
—Era muy hermosa, pero demasiado ingenua. ¿Creer en sentimientos en esta época? Fue una mala idea
—Siempre me he preguntado como lo haces. Tienes ese don para caerle bien a la gente y aprovecharte —mencionaba Tobi al instante que veía como el segundo doctor iniciaba un corte en la joven para extraer algunos órganos vitales.
—No es tan difícil en realidad. Le das a la gente lo que quiere
—A veces he pensado que al llevarlos a la zona vacía les pides que salten voluntariamente —completó con una risa fuerte. —Pero imagino es más elaborado, les das lo que no tienen en este mundo físico
Seth permaneció en silencio ante el comentario. Miró su reloj y sonrió, tenía una cita en menos de una hora y debía conseguir dos nuevos tiquetes.
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