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Salta conmigo - Capítulo 1: Conexión

  • Foto del escritor: Kyon Andres
    Kyon Andres
  • 23 ene 2022
  • 6 Min. de lectura

Actualizado: 22 dic 2022

La puerta de la habitación se abrió rápidamente para dar paso a una joven de largo cabello castaño y vistiendo un pantalón color negro en material deportivo y una blusa azul, su rostro llevaba una mascarilla de tela en color negro. En su espalda llevaba una mochila en la que se sobresalía un pedazo de metal curvo.


La joven descargó su mochila en la cama de la habitación e ingresó a una habitación contigua para lavarse sus manos. La habitación principal disponía de una cama grande, un espejo incrustado en la pared y un escritorio central con una máquina pequeña que poseía un botón de encendido en color azul en su parte posterior. Tras unos breves minutos, la chica retornó y se quitó su mascarilla, para colocarle en un pequeño cesto al pie de su cama.


Su lengua recorrió sus labios por unos segundos con la finalidad de refrescar a los mismos, era evidente que no había tomado agua en varias horas. Ambas manos recorrieron su cabello para alisarlo temporalmente. El equipo del centro emitió un sonido de baja intensidad, con la finalidad de brindar una alerta.


Ella avanzó lentamente hasta el equipo y tras acercar su muñeca el dispositivo inició una luz verde y en la habitación una serie de hologramas aparecieron rápidamente.


—Usuario Amina Teresa ha iniciado sesión correctamente —declaró una voz artificial


La joven sonrió ante ello. Llevó su dedo a la muñeca para sentir un pequeño dispositivo digital que tenía incrustado. Su mente recordó cómo años atrás el dispositivo fue colocado en toda la humanidad con la finalidad de ser un pasaporte y medio de identificación global, pero también fue aprovechado por la empresa más grande del planeta para utilizarlo como medio de acceso en el metaverso digital. El dispositivo digital poseía la información de nacimiento, legal y económica de la persona que lo tenía, pero al mismo tiempo podía tener una conexión neurológica con el usuario para su ingreso virtual.


Teresa se recostó en su cama y cerró los ojos al momento que presionaba la piel contra el dispositivo.


—Acceso concedido —replicó la voz


Un leve mareo invadió el cuerpo de la joven con rapidez y antes de que pudiera referir el malestar, su alrededor desapareció y se encontraba al frente de un parque enorme con arboles llenos de hojas y pequeños insectos que volaban en todas direcciones. Su mente lo reconocía real a pesar de que no lo podía ser. Su apariencia física no se había afectado.


—Pensé no te ibas a conectar hoy —le reclamó una voz masculina a sus espaldas


Teresa reconoció rápidamente esa voz y sonrió, su mente no imaginaba un escenario en el que quisiera estar en el mundo físico, giró lentamente para ver al frente suyo a un sujeto de mediana edad, barba de tres días, ojos negros cubiertos por unos lentes grandes, el cabello oscuro hacía tono con un traje formal del mismo color. — Tobi


—El mismo que pasa en esta sección de la red —expresó con una sonrisa


—Nunca sales de esta sección, lo cual es algo aburrido para serte sincera —expresó Teresa con evidente decepción al momento que extendía su mano y aparecía un menú virtual del cual pudo materializar un tique de transporte


—¿Irás a verlo nuevamente? ¿Al muchacho maravilloso que hace que tú vida brille en color y aparezcan fuegos artificiales?


—Ahórrate la burla que no te escucharé. Si fueras a otras secciones estoy segura de que tú vida será más interesante


Tobi le miró en silencio por varios segundos. —Estoy seguro de que en varias de ellas se vive el sueño virtual


—Me voy —respondió la chica con molestia, —Te traeré algo para que te entretengas, quizá una novia.


Antes de que Tobi pudiera refutar la chica desapareció en una lluvia de luces. Suspiró con fuerza ¿debería intervenir al saber la identidad del misterioso sujeto? Negó con la cabeza, en este mundo cada quién debía velar por si mismo.


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Teresa apareció en medio de una larga calle de bloque de granito y casas de varios colores con tejas anaranjadas. Al costado derecho un largo río avanzaba a velocidad del cual varios peces y animales acuáticos saltaban con libertad. La sección dieciocho en la que se encontraba, se caracterizaba por ser un espacio virtual de tranquilidad y el lugar perfecto para una cita. Su nivel le permitía tener acceso únicamente al primer nivel, ya que los demás estaban reservados para una cantidad de experiencia que estaban más allá de su control.


Caminó varios metros en dirección de una banca que se veía cómoda y bien ubicada, en su camino al pasar por un espejo pudo ver su rostro cuidado y lleno de vida, sus labios con un color carmesí y un vestido azul ceñido al cuerpo le hacían ver como una de las mujeres más hermosas de la existencia. Al llegar ala banca tomo asiento y decidió ver al río con paciencia.


—Me preguntaba como iba a encontrarte en este lugar, pero claro, buscando a la mujer más bella se solventaba —mencionó un joven de camisa y pantalón claro, unas gafas cubrían sus ojos.


—Con palabras no me vas a conquistar —sentenció Teresa rápidamente


—¿Y con toda mi esencia para ti? —replicó rápidamente el joven con une reverencia mientras extendía su mano derecha, cubierta por un guante blanco.


—Quizá podríamos llegar a un acuerdo, mi querido Seth —declaró mientras extendía su mano


El recién llegado dio un beso en la mano de la joven mientras sonreía para el encanto de la joven. —Pensé que no vendrías el día de hoy, no te había visto conectada algunos días.


—Tuve algunos problemas con mi salud, necesitaba ciertos medicamentes. Tuve que salir a buscarlos y…


—¿Saliste al entorno exterior? —preguntó Seth con sorpresa


—No me pasó nada. No hubo contacto cercano con nadie y conseguí la medicina. Conozco mucho sobre la nueva variante, no me ha pasado nada, tranquilo


—Está bien —declaró el muchacho girando su cuello hacia el piso con evidente preocupación. —Es solo que la mortalidad de ese virus ha terminado, empezó en el año 2020 y ya han pasado más de veinte años sin que haya algún cambio o forma de detenerlo.


Teresa se levantó de su banca y cubrió su rostro con ambas manos para tranquilizarlo mientras le brindaba unas caricias en sus mejillas. —Todo está bien, tenemos este lugar


El joven sonrió ante ello le gustaba sentir la calidez de la mano de ella en su cuerpo. Su corazón empezaba a latir más fuerte, pero no debía dejarse llevar por los sentimientos en un mundo virtual, era una mala idea. Llevó sus manos a las de ella para alejarlas mientras las tomaba para que no fuera obvio. —¿Estás preparada para una gran sorpresa?


—Cierto que me ibas a llevar a la luna y bajarme las estrellas. La típica clase de bobada que dicen los hombres para que caigamos rendidas a sus pies.


—Una mujer que no cree en las palabras. Difícil —refutó


—A veces una debe andar con cuidado


—Sabes que daría todo para protegerte, aunque claro, en este mundo nada puede salir mal. Está codificado para que nadie se lastime


—Ventajas y puntos para que haya aparecido al frente tuyo


Seth sonrió ante ello y con un suave gesto de su mano invocó a su menú para que dos tiquetes de transporte aparecían ante ellos


—¿Es el pasaje a la luna? —se mofó ella nuevamente


—Algo así, pero a dónde vamos será una experiencia única


Teresa lo miró con sorpresa, notó como su mano era apretada por la de su acompañante, definitivamente estaba emocionado con esos materiales.


—¿Acaso me llevas a una de las siete principales secciones? —declaró en burla


—Para nada, tú te mereces algo mejor y único. Sostenlo


La chica notó como le extendía el tique, pero no contenía una impresión de destino, era la primera vez veía algo así. Lo tomó por instinto, sin saber que hacer


—Vamos —expresó al momento que activaba uno de los elementos y desaparecía. Teresa estuvo por tres segundos en duda, pero movió su cabeza negativamente. Estaba aquí, debía hacerlo y sin pensarlo nuevamente dio un salto al nuevo destino.


Seth observó como su acompañante se materializaba a su lado y eso le brindó un suspiro de tranquilidad. Teresa tensó sus brazos y sus pupilas se extendieron ante lo que estaba mirando.


Al frente de ellos se extendía una cascada abismal, en el fondo de esta un sinnúmero de arcoíris se formaban a rapidez. Varias aves volaban en diversas direcciones con sus sonidos. En la parte superior de la cascada donde ellos se encontraban, hierba de tamaño corto y llena de flores abundaban el lugar para darle un aspecto mágico


—Esto es… —mencionaba Teresa con sorpresa. —maravilloso


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Seth sonrió ante el comentario y prosiguió. —La sección cero, es la más difícil de acceder porque se cuenta fue la primera en ser construida y se fundó en base a la creación de nuestro planeta, un mundo lleno de vida y naturaleza. Es la parte espléndida de este lugar, ya que te permite ver la creación del todo. Y lo mejor, es que sólo pueden estar dos personas al mismo tiempo.


—Esto es increíble, no puedo creer me trajiste aquí. ¿Cómo conseguiste entradas?


—Cualquier cosa por la mujer más hermosa del mundo.


—Basta —mencionó ella al momento que se sonrojaba. —Esto es irreal


—Y la mejor parte es que existe una forma de ver la iniciación de este lugar


—¿Cómo? —indagó ella con evidente sorpresa


—Saltando al fondo de la cascada

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