Looking for Something - Especial 1: Un hermano perdido
- Kyon Andres
- 23 oct 2017
- 8 Min. de lectura
Distrito Negativo, Sistema Solar (año 3560) Bulow caminaba con lentitud por una calle cubierta por azulejos de piedra, se notaba el desgaste del lugar por la cantidad de polvo que descansaban en su superficie, alrededor los espacios de tierra y plantas estaban cubiertos en varios centímetros lodo a causa de una lluvia que los había visitado días antes, la calle lucía desolada y un fuerte viento movía los pliegues de la ropa. Las edificaciones del lugar lucían destruidas y sin señales de limpieza, la mayoría de metales del lugar lucían el óxido con orgullo, a los costados entre la mugre y las cucarachas se observaban manchas de sangre que no habían sido limpiadas, ni lo serían. El joven avanzó lentamente hacia un parque que se encontraba a pocos metros, cubierto por árboles de hojas color azul oscuro, en algunas de ellas se observaba unos frutos del mismo color. A su lado corría un río contaminado, la basura se movía por el mismo, daban una mirada tétrica a los cientos de esqueletos que descansaban en el fondo. Su mirada se detuvo ante las imágenes, su mano derecha sostenía una flor blanca, similar a las rosas terrestres. —¿Los has venido a visitar? —preguntó una voz femenina a su espalda. Bulow siguió avanzando hasta llegar al borde del río, una sonrisa se dibujó en su rostro y regresó a mirar; aunque conocía a la perfección de quien era la voz. —Las viejas costumbres permanecen mi estimada Hisako —explicó Bulow, le dio la espalda y se arrodillo de inmediato ante el río —Yo suelo visitar este lugar cada fin de mes —replicó la guerrera con delicadeza, rápidamente se colocó junto al joven. Su vestimenta consistía en un pantalón color café y una armadura oscura que cubría su ropa—. ¿Nunca te separas de esa gabardina? —En ningún momento —respondió de forma seca, sus ojos se tornaron vidriosos ante los recuerdos que lo inundaban—. Es el único recuerdo que tengo de mi familia, lo único que sobrevivió de la ciudad cuando fue atacada por las fuerzas de Abaddon— Hisako agachó su cabeza ante esas palabras, tras titubear murmuró—. Lo siento —Estoy seguro que entre todos estos cadáveres —declaraba antes de dar un suspiro de dolor—. Es decir, entre estos esqueletos se encuentran los de toda mi familia y amigos. Por eso mi afán de visitarlos cada cierto tiempo, aunque sea con esta simple flor —¿Simple? —preguntó Hisako con tranquilidad, se acercó y arrodilló a su lado—. No es simple, el hecho que los recuerdes; más aún que los homenajees hace que sea la mejor flor del mundo— completó brindándole una sonrisa. Bulow en ese momento comprendió que cada persona que estaba en la guerra tenía un alma muy noble, pero era oculta para sobrevivir en las batallas. —Gracias —completó levantándose y ayudando en lo mismo a su acompañante—. ¿Supiste lo que le sucedió al hermano de Rula? —Sí —respondió agachando la mirada con tristeza y respeto—. Asesinado por Frankmoon Varios copos de nieve comenzaron a caer con delicadeza sobre sus vestimentas. —En el antiguo calendario de mi planeta el día de hoy se conmemoraría el día de la paz— comentó con un suspiro de molestia Bulow notó todos los sentimientos que luchaban con gran fuerza en el interior de su compañera—. Definitivamente es parte de nuestra misión el luchar por tener nuevamente un día como ese —A veces me pregunto si todos deberíamos tener la fe y decisión que tiene toda tu gente. Quizá las cosa serían más fáciles Bulow pensaba en esas palabras y buscaba una mayor esperanza. Decidió dejar de lado todo ello, después de todo, en esa guerra todos podían morir en cualquier instante. Zona Neutral, Sistema Solar (año 3560) La lluvia caía con fuerza sobre su cuerpo y se fundía con sus lágrimas. Al frente de ella se encontraba una tumba de tierra que se elevaba en el suelo muerto y gris, sobresalía en la tumba una cruz que llevaba atada una espada. Ella engalanaba un largo vestido de color azul que brillaba por las piedras preciosas en el mismo, se encontraba arrodillada ante la tumba y golpeaba el suelo con sus puños. Atrás de ella, Chad miraba la escena con dolor e impotencia. Sus ojos estaban rojos por las lágrimas que había derramado. La tumba cubría con tierra el cuerpo inerte de uno de sus amigos, incluso podía decir que era su familia. A su lado se ubicaba un sujeto fornido y de gran estatura, su piel morena mostraba un sinnúmero de cicatrices, en su espalda estaba atada una gran hacha que podría ser la mitad de su altura. —Te prometo en este lugar— emitió la chica con voz fuerte en medio de la lluvia —. Derrotaré a Abaddon, sus arcanos y aliados; y sobre todo borraré de la faz de la tierra a Frankmoon. Al terminar su frase un rayo cayó a pocos metros de ellos, la luz iluminó sus rostros llenos de lluvia y lágrimas. El sonido del mismo alertó a varias aves que estaban posadas en los árboles, sus alas se extendieron huyendo del peligro que se avecinaba. —Tú muerte no será en vano — completó Chad avanzando con lentitud hacia la tumba —. Todos vengaremos tú injusta muerte y derrotaremos a Abaddon Un fuerte viento provocó que tuvieran que llevar sus manos frente a sus rostros para evitar lastimara sus ojos, entonces notaron la presencia de un sujeto a sus espaldas, el nivel de reiki que emanaba era impresionante. Al regresar a mirar sus cuerpos se tensaron, uno de los aliados de Abaddon les miraba frente a frente. —Tú —gruñó el sujeto fornido intentando tomar su hacha para atacar, pero Chad hizo desista de esa idea con una seña de su mano. Rula se limitó a observarle, cerrando su puño. El sujeto avanzó hasta la tumba y colocó sobre ella un pequeño rubí rojo en silencio. —¿Qué clase de teatro barato es este? —preguntó la chica, el mismo instante que se levantaba de golpe, entre su vestido apretado sacó un abanico de guerra plegable con radios exteriores con placa de hierro, un tessen. —Me tiene sin cuidado las opiniones que tengas —contestó el soldado de Abaddon—. Tu hermano era mi amigo y es lamentable su muerte La chica reunió todas sus fuerzas ante el dolor que sentía, dio un salto extendiendo su tessen para causarle una herida en el cuello. El enemigo detuvo el ataque con su mano, el tessen cayó al suelo y la chica sintió dolor al notar como su brazo estaba preso de su enemigo. —Rula. Sería prudente comprendas la diferencia de poderes entre nosotros. No me costaría ningún esfuerzo asesinarte, pero en honor a la memoria de tu hermano dejaré pasar este ataque por alto —completó soltando a Rula con fuerza, la chica cayó al suelo con fuerza—. Ninguno de ustedes puede derrotarme Chad corrió para ayudar a Rula, notó como lágrimas caían por el rostro de la chica, su respiración era pesada y más rápida. La ira e impotencia la invadía. —Sal de este lugar Adrián —gruñó Chad con molestia El sujeto fornido observaba con molestia toda la escena, su mano sostenía de cerca el hacha. Estaba preparado para todo. —Solo vine a presentar mis respetos, ya me retiro hermano —completó Adrián con énfasis en la última palabra. El guía de Abaddon empezó a caminar en dirección contraria a ellos, rápidamente desaparecía entre la lluvia. —Maldito —dijo Rula sacudiendo el polvo y agua de su vestido —Aún no podemos hacer nada en contra de él —reclamó Chad con enojo —He hecho una promesa al igual que tú. Algún día tendremos que enfrentarlo— replicó la joven mirando nuevamente a la tumba de su hermano. Cueva de la resistencia, Sistema Solar (año 3560) Shinji caminaba con dificultad por un oscuro túnel, una luz parpadeante a lo lejos era su única compañía. Su brazo derecho estaba totalmente destrozado, la sangre cubría cada centímetro del mismo y en la parte del codo ya no existía piel, su hueso se asomaba con fuerza. Avanzó a tientas por el lugar, la visibilidad era escasa. Llegó hasta el origen de la luz, sin perder tiempo empujó con dolor una puerta metálica negra, al atravesarla se encontró con el rostro de una joven de cabello rubio, ojos negros. —Shinji ¿Qué te sucedió? —proclamó la chica al verlo en ese estado, lo ayudó a sentarse en una mesa. Tras dejarlo ahí, fue a buscar gasas y alcohol. —Me encontré con algunos soldados de Abaddon queriendo atacar unas cabañas al norte. Los enfrente, pero eran más fuertes de lo que creía, al final y antes de morir uno de ellos lanzó ácido —mencionó el joven riendo nerviosamente. —Te puedes morir —expresó ella con preocupación y regaño. Colocó el alcohol en la herida y la frotó con todas gasas, al limpiar la herida con cuidado prosiguió un hechizo con el cual restauró los tejidos del codo. —No podía dejar que esos malditos hirieran a la gente de esas cabañas —concluyó Shinji, sus miradas chocaron entre sí, la chica se ruborizó y miró hacia la herida. —Parece que más planetas se han unido Abaddon— comentó ella con tranquilidad. —Lo sé —murmuró él tocando su mano. La chica se ruborizó aún más. —Creo es cuestión de tiempo para que salgamos de este lugar. La puerta nuevamente se abrió y dio paso a un joven de cabello blanco, al observar la escena melosa de los presentes profirió un amplio y sonoro bostezo. Los dos jóvenes se alejaron de inmediato por el susto y la vergüenza —¿Interrumpo algo? —preguntó con una sonrisa avanzando en dirección de ellos. Permanecieron en silencio sin contestar—. Vaya Shinji, te has hecho una herida bien chula— —Soldados —declaró el chico sin darle mayor importancia —Los he visto. Han venido varios para hacerles la vida infeliz a las personas —habló el chico de cabello blanco —Hermano —clamó la chica con preocupación— ¿Son bastantes? —No —negó rotundamente—. He eliminado a unos cuantos y he visto a varios guerreros salir para hacer lo mismo. Estamos intentando mantener este lugar con tranquilidad la mayor parte del tiempo posible, si todo sale bien en unos días tendremos unas naves para huir hacia algunos puntos seguros de la resistencia— —Ustedes dos —comentó Shinji —Cuando logremos salir de aquí, quiero que acepten mi propuesta —No sé qué dirían nuestros pueblos de esta propuesta —completó el joven de cabellos blanco con una sonrisa—. ¡Oh cierto! Fueron masacrados —concluyó con sarcasmo y se dirigió hacia una esquina. Shinji comprendía la magnitud de los problemas de todos en este tiempo, pero consideraba que era una total inmadurez ese tipo de comentarios. Representaba un carácter fuerte y volátil, la clase de personas que; en una batalla o situación peligrosa, terminaban por meter la pata. Nave Doom, Sistema Estelar (año 3560) El conde del infierno permanecía sentado en una gran mesa de madera fuerte y pulida, la misma se encontraba cubierta por un banquete de todo tipo de comida, desde las mejores carnes, pasando por ensaladas, grukhs y algunos postres. Cada cierto tiempo el conde tenía la costumbre de reunirse con sus guerreros y disfrutar de una comida en paz y armonía, un lugar para discutir su siguiente plan. La mayoría de los guerreros comían y conversaban animosamente, otros por su parte permanecían en silencio o estaban alejados. Un brillo sobrenatural les cegó por unos instantes, al mirar notaron como en el exterior una gran lluvia de estrellas empezaba a moverse con velocidad. Abaddon se levantó de su asiento con intriga, a lo lejos observó la causa de ese comportamiento de las estrellas. Cientos, quizá miles de naves de un planeta lejano se acercaban listas para empezar un combate en contra de su persona. —Guías —expresó Abaddon, tres personajes aparecieron. Adrián, Xiïta y Frankmoon se levantaron y lo miraron con atención. Tras unos segundos de silencio en los que nadie se movía, comentaba o comía algo, el conde declaró —Encárguense de las naves Los tres guías asintieron con su cabeza y salieron de la nave, en cuestión de segundos cientos de explosiones aparecían en el cielo de la tierra. —Podemos decir que tendrán un grandioso panorama antes de morir —declaró Abaddon mirando las naves—. Fuegos artificiales Al terminar sus palabras comenzó a reír con fuerza. Acto seguido tomó un pequeño postre y siguió comiendo.
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