top of page

Looking for Something - Capítulo 5: La sacerdotisa

  • Foto del escritor: Kyon Andres
    Kyon Andres
  • 21 ene 2017
  • 11 Min. de lectura

Cuartel General de la Resistencia, Zona Negativa. Enfermería


La sala permanecía en silencio, el sonido agudo de la máquina imponía su presencia con cada latido que identificaba. El tiempo se escabullía entre las miradas de incertidumbre de los presentes.


Shinji con sus brazos cruzados se mantenía pegado a una pared, sus ojos observaban el movimiento de las líneas de signos vitales en la pantalla al frente suyo, su respiración se escuchaba con pesadez y cansancio. A su izquierda Bulow, con su capa encima, registraba todo movimiento en la habitación. Su mirada chocó con el amplio y vasto universo en la ventana, el cual mostraba estrellas, planetas y polvo galáctico moverse como arena entre los dedos.


Una masa cilíndrica con liquido rojizo en su interior se establecía en el medio de la habitación. En su interior en estado de suspensión y flotando entre su contenido se encontraba Chad, su pantalón tenía cortes, pero de la cintura hacia arriba la ropa había sido eliminada, se observaba una herida amplia en su abdomen en conjunto con varios cortes y quemaduras.


La luz tenue de la habitación provocaba un ambiente tenso. La compuerta de la misma se abrió dando paso a Dogson, su túnica brilló en la penumbra de la habitación. Los dos individuos lo miraron sin sentimiento alguno.


—¿Algún cambio en su situación? —indagó el mago con rapidez


Bulow negó con la cabeza


—No tenemos mucho tiempo. La esencia dará la ubicación final en poco tiempo. Si no se recupera para ese tiempo, debemos avanzar con la misión —expreso Shinji con urgencia, sus brazos se colocaron a ambos costados con pesadez.


—Tenemos un poco de tiempo —replicó Dogson —. Fiura junto a Hisako han ido a buscarla


—¿En verdad crees que ella aceptará unirse a esta lucha? Prefiere su vida de batallas, es todo lo que ha conocido —zanjó Bulow de inmediato


—La necesitamos, ella es la clave para poder seguir con la segunda parte del nuevo plan


Ante estas palabras, el silencio se apoderó de la sala por completo. La luz roja del cilindro central emitía burbujas que mostraban la curación en proceso, pero a la vez mostraba sin saberlo un preludio.


Planeta Desolado. Los pilares.


Fiura e Hisako caminaban rápidamente por un callejón oscuro y sucio, una variedad de insectos y artrópodos alienígenas se movían por las esquinas húmedas del mismo. Miradas amorfas y curiosas les seguían por los caminos.


—Detesto este lugar —replicó Hisako con evidente molestia—. Si quisiera usar algo tan bajo y barato entraría a Internet.


—¿Qué es eso? —preguntó Fiura con curiosidad


—Cosas de los humanos, imagina que era la puerta al conocimiento máximo para su evolución —explicó Hisako, mirando a una anciana con arrugas que le sonreía de forma misteriosa—. Sin embargo, lo utilizaron para ver videos de animales en situaciones de comedia


Fiura le observó con sorpresa unos minutos—. Supongo comprendo porque nunca se les conoció en todo el universo


—Los pilares, la zona que es tierra de nadie en este planeta. ¿Estás segura que la encontraremos en este momento?


—Escuché de un torneo de eliminación. Apuesto a que ella participará, mientras haya dinero y peleas, estará presente —respondió Fiura cerrando su puño ligeramente


—Giselle, uno de los guerreros más conocidos. Se negó a ingresar al ejército de Abaddon y derrotó a los que fueron tras su cabeza, definitivamente es alguien fuerte para unirse, pero no entiendo la emergencia.


—Ella tiene una habilidad que nos servirá para seguir con el plan B. Con un poco de suerte comprenderás esa habilidad en el torneo de hoy.


—¿Cómo nos acercaremos a ella? —inquirió Hisako con curiosidad


Fiura le sonrió y enseñó dos papeles que tenían en letras grandes la palabra Inscripción.


Cuartel General de la Resistencia, Zona Negativa. Sala principal


La sala principal consistía en una mesa de varios metros de largo con asientos distribuidos simétricamente, en la parte superior de la misma se ubicaba un cubo azul que giraba en su propio eje, ejecutaba toda la inteligencia artificial de la nave. La sala disponía de dos ventanas semicirculares opuestas, mostraban el infinito del universo de forma magnificente.


En un costado de la sala se encontraba Ariadna, Dogson se ubicaba a pocos pasos atrás de ella, al frente de ellos en una silla se ubicaba una señora de edad avanzada, sus largos cabellos grises hacían juego con el color de ojos, llevaba un vestido ceñido al cuerpo y unas botas largas en sus pies, explicaba a los presentes la situación actual de la resistencia. Ariadna escuchaba todo, sin embargo, sus pensamientos estaban enfocados en la perdida de la esencia en el planeta Gamta. Se sentía enojada y pérdida, consideraba que el estado crítico que había tomado el universo y Chad, era su culpa.


Un carraspeo le devolvió a la realidad


—Imagino usted comprende la situación que ha supuesto la rebelión de Gamta, una situación sin precedentes —


—Por supuesto —se apresuró Ariadna a contestar, sus hombros se tensaron—. Sin embargo, es un hecho que ha movido actos y cartas. Abaddon ha declarado el planeta Gamta como un lugar no grato. Con la familia real muerta, la resistencia ha decidido realizar la evacuación inmediata de sus habitantes.


—La evacuación de habitantes empieza a no ser una solución viable —interrumpió


—Madame Margaret —intervino Dogson acercándose a la nombrada—. No pensará que dejaremos a la suerte a miles de personas que no tienen como defenderse de una situación que de improvisto sucedió


—Ariadna, Dogson —comentó Madame Margaret al instante que se ponía de pie, los observó fijamente antes de continuar—. No me traten como una idiota, tengo la información y certeza, de que los que estuvieron involucrados en ese complot político bélico están en esta nave en este momento. Incluso me atrevo a confirmar, que parte de la mente estratégica está al frente mío


—¿A qué se refiere? ¿Acaso es una acusación? —indagó Dogson con sobresalto


—¿Acaso lo niegan? —


Dogson estaba por contestar aquella acusación cuando sintió la mano de Ariadna en su hombro, al regresar a mirarle notó como negaba con su cabeza, decidió desistir.


—Había algo en riesgo que intentamos recuperar —


—La esencia del cristal —interrumpió Madame Margaret nuevamente


—¿Cómo…? —preguntaron los presentes


—Conozco muy bien lo que decía el papiro terrestre, todo el concejo lo conoce. Lastimosamente esa esencia causó la muerte de mucha gente inocente en ese planeta.


—Debíamos intentar obtener la esencia, es la llave hacia un poder por el cual Abaddon haría lo que sea


—La esencia no es lo que busca Abaddon.


—¿Qué? —respondió secamente Ariadna —. El pergamino declara que


—Ariadna, las esencias no son únicas. Lo que él busca con esto es


—Conseguir objetos o poderes específicos —anunció Dogson


—Correcto —respondió Madame Margaret, camino varios pasos hacia la ventana más cercana—. La historia de la Tierra nunca fue conocida en la totalidad, porque nunca le tomamos en cuenta por su retrasado nivel tecnológico histórico. Es por ello que antes de que los primeros humanos se desarrollaran, una raza habitó antes, los cécropes.


—¿Los reptilianos? —indagó Ariadna con sorpresa


—Correcto, ellos fueron quienes crearon los pergaminos de poder en la Tierra y como sabemos hoy en día, quienes influenciaron por algunos cientos de años la evolución de los humanos.


Dogson dejó caer su espalda contra la pared, la cantidad de información que recibía era fuerte. Los cécropes eran una raza de humanoides reptiles que poseían un cuadrante entero en el universo de planetas habitables. Principales aliados de Abaddon en la creación de un sistema utópico, habían provisto de armamentos y magia poderosa para la caída de muchos planetas.


—Ellos fueron los principales militares al inicio de los planes de Abaddon. Antes de la llegada de los arcanos y sus guerreros de élite.


—Así es. Es por eso que al ser ellos los creadores de los pergaminos, era evidente que le habían confiado ese secreto a Abaddon, aquí la única pregunta es porque se demoró tanto tiempo en ir a tomar la esencia —expresó Madame Margaret


—Debemos evitar consiga su objetivo, si nos apuramos…—decía Ariadna con prisa e intentando salir de la habitación


—Es tarde, para cuando me reuní contigo el conde del infierno ya ha enviado una nave con sus soldados hacia el nuevo universo.


—¿Qué? ¿Por qué no intentaron detenerlo? —reclamó Dogson con molestia, el color rojizo inundó su rostro


—El portal creado fue a escasos años luz de su planeta. Ningún ser hubiera logrado llegar hasta el objetivo.


Ariadna sintió como sus piernas temblaron y cayó al suelo con pesadez. Notó como Dogson se agachaba para socorrerla, con voz temblorosa declaro—. Todo está perdido.


—En lo absoluto —sonrió Madame Margaret sacando una pequeña esfera azul de su bolsillo. Los dos presentes le miraron con intriga—. El pergamino declara que la esencia de la estrella abrirá el portal hacia el universo.


Dogson le miraba sin comprender. Ariadna escuchaba todo con la boca abierta, no lograba conectar el sentido de todo.


—En ninguna parte de tú pergamino declara que existe una sola esencia por cada estrella. Y aquí al frente tuyo tienes una segunda esencia para ir atrás. Sólo necesitas un grupo de acelerados que quieran ir a un lugar desconocido detrás de un grupo de gente más fuerte.


—Ya los tenemos —respondieron al unísono


—No a todos —respondió Madame Margaret mientras guiñaba el ojo. El cubo sobre la mesa se iluminó y mostró una serie de hologramas. Ariadna comprendía que el alto mando de la resistencia tenía más aliados y conocimientos de los que podría haber imaginado.


Planeta Desolado. Los pilares.


Hisako se colocó una máscara sobre su rostro—. No puedo creer me hayas involucrado en una pelea de coliseo interplanetaria


—Por favor —respondió Fiura con burla, una neblina negra cubría su rostro—. Debes aceptar que estás disfrutando poder usar tus habilidades sin restricción alguna


Las cadenas alrededor del pantalón verde de Hisako se movían en un área de pocos milímetros, parecía como si sintieran emoción de entrar nuevamente en batalla. Sonrió a su acompañante—. Una ronda más en mi bloque y estaremos en la final. Espero que Giselle escuche lo que venimos a decirle


—No lo hará —sentenció Fiura recogiendo su cabello—. Es por ello que estamos en una batalla


“Concursantes del Bloque Delta ingresar al coliseo” —declaró una voz en un megáfono


—Regreso en menos de un ciclo supernova —comentó Hisako dirigiéndose a la puerta


Fiura le observó perderse a la distancia, deseaba haberle preguntado que era un ciclo supernova.


/*/


Hisako llegó al centro del coliseo, al frente suyo se ubicaba la silla del gobernante del país, a su lado un militar de fuerte constitución miraba con atención a los combatientes, un monje consumía la comida a rápida velocidad al lado contrario. A su derecha la joven combatiente notó como ahora había dos compuertas en el suelo, no estaban ubicadas en ese lugar en batallas anteriores.


Una chica de cabello rojo y armadura negra se mantenía firma, en su mano derecha llevaba una lanza con llamas. A su lado un sujeto con obesidad y calvo sonreía de forma extraña ante los presentes, su torso estaba descubierto mostrando un tatuaje de un oso polar, su pantalón llevaba atado varias cuerdas.


Hisako notó que junto a ella se colocaba un sujeto musculoso, en su espalda un hacha curva descansaba, sin embargo, la sorpresa inundó su ser al notar que el sujeto tenía solo huesos en su rostro, un rastro de fuego color verde lo acompañaba.


—Siete guerreros —pronunció el sujeto a su lado—. Esto será entretenido ¿no lo crees muchachita?


—No soy ninguna muchachita, aparte es escalofriante el verte hablar —respondió Hisako con un fuerte temblor en su cuerpo


—Marcas de guerra—


—Muy coloridas —


—Lo eran más cuando se crearon, el sentir garras desgarrar tú carne no es algo bonito. Soy la prueba viviente de la malicia y poder de los guerreros de Abaddon


—¿Abaddon? ¿Alguno de los arcanos?


—En absoluto, uno de los guerreros de élite. Los arcanos son niños a su lado, vaya poder macabro que tienen


—“¿Macabro? ¿Se ha mirado en el espejo”? —pensó Hisako con sorpresa.


El gobernante del país se levantó de su asiento y los graderíos estallaron en gritos de ira, pasión y emoción. Hisako notó que las peleas en ese lugar eran un festín para llenar los gustos y deseos morbosos de sus habitantes. La mayoría de los guerreros morían o desaparecían tras finalizar la batalla, ella se los imaginaba servidos en bandejas junto con papas y arroz.


—Que la muerte os abrace con dulzura. Que empiece la pelea —gritó finalmente. Las palabras del gobernante hicieron que el lugar temblará con euforia.


Hisako notó como la chica de armadura y el sujeto obeso se dirigían hacia los tres combatientes que estaban en el coliseo, sintió pena por la forma en que fueron masacrados. A su lado el sujeto sin rostro no se había inmutado.


—¿No planeas atacar?


—¿Para qué? —respondió—. Ellos vendrán, prefiero gastar menos mis energías.


Hisako no le contesto, definitivamente era un sujeto extraño y las marcas de guerra solo le motivaban a ella en desear terminar con la vida de Abaddon.


—Hisako, una de las sacerdotisas del templo Kaze. Espero que me brindes una gran batalla


La mencionada le miró con sorpresa ¿Cómo era que conocía su nombre y demás?


—Kondro—completó mientras tomaba su hacha de la espalda y detenía la lanza de su contrincante—. Mi nombre


Hisako no tuvo tiempo de comentar algo más porque notó como dos cintas de su enemigo se abalanzaban a su cuello, con sus cadenas las detuvo.


—Eres rápida —murmuró su enemigo colocándose a su costado


Hisako tenía intriga sobre cómo era que Kondro conocía su nombre. Miró con molestia a su enemigo, tomó sus cadenas y girándolas alrededor de su enemigo gritó—. Constriktor


Las cadenas se juntaron en el cuerpo del sujeto y para cuando se escuchó un crujido, el enemigo cayó al suelo rendido. El cuerpo de la chica con armadura cayó al piso, verticalmente tenía una cortadura en su pecho.


—No eres alguien que dude de sus ataques —


Kondro tomó su hacha para lanzarse al ataque cuando notó una sombra a su espalda. Al mirar observó a una hormiga roja gigante, dos grandes mandíbulas se acercaban a él. Era tarde para reaccionar, un golpe fuerte en su cintura le lanzó contra las paredes del coliseo, dejándolo fuera de combate.


La hormiga miraba las cadenas que habían golpeado a su víctima, con furia se dirigió a la chica. Hisako mantenía la ceja fruncida, su búsqueda de respuestas había quedado opacada momentáneamente. Esperó a que la hormiga estuviera cerca para extender sus manos—. Kaze no Suwāru


El viento envolvió a la hormiga y en cuestión de segundos el bicho fue cortado en cientos de pedazos. La multitud gritó el nombre de Hisako con fuerza.


Tres puertas más se abrieron dando paso a un joven de cabello rubio y una tela blanca que se envolvía alrededor de su cuerpo. Una chica de pocos años de edad apareció por la siguiente, tenía cabello largo rosado, vestía una falda plegada corta y una blusa blanca. Una pequeña daga colgaba de su cuello, a Hisako le recordaba un uniforme escolar. De la última puerta emergió Fiura.


—Que comience la batalla final —sentenció el gobernante lanzando una copa de vino al piso por la emoción.


—Es hora de ganar este torneo —murmuró el chico de cabello rubio


—¡Cállate! —gritaron Hisako y Fiura al unísono, la primera le golpeó con una cadena y la segunda a puño limpio. El sujeto fue lanzado por los aires hasta perderse de la vista.


El coliseo quedó en silencio.


Giselle se acercó a las chicas y moviendo sus manos, ambas fueron lanzadas hacia el piso.


—¿Qué demonios? —preguntó Hisako


—Los demonios no han sido —respondió Fiura


—Me empezaba a aburrir de tanto enfermo participante en este torneo. Para ser parte de la resistencia se caen al piso muy rápido


—¿Qué? —preguntaron con sorpresa


—Sabía que vendrían, me informaron sobre ello. Podemos irnos, pero antes tengo una misión. Eliminar este absurdo sistema


Giselle miró fijamente al gobernante del país, sonrío y elevando los dedos de sus manos el coliseo comenzó a desquebrajarse en pedazos, los mismos que se elevaban al cielo y caían pesadamente sobre la multitud. A una rapidez total la totalidad del coliseo se elevó y empezó a caer, asesinando en un instante a todo el que se encontraba ahí.


—Es hora de irnos —anunció Giselle mientras de rápidos saltos entre los escombros salía del lugar. Fiura la siguió. Hisako estiró su cadena y tomando un cuerpo de los escombros las siguió.


Cuartel General de la Resistencia, Zona Negativa. Cuarto de entrenamiento


El cuarto en la realidad media unos veinte por treinta metros, pero con la simulación tecnológica y magia, era infinito. Una larga planicie.


Decenas de disparos de las armas de Shinji y Bulow chocaban contra el piso, una sombra se observaba que los evadía. Algunas de las balas caían cortadas al piso. La sombra se acercaba a los dos chicos cuando un destello inundó el lugar y la simulación terminaba.


—No considero prudente un entrenamiento después de un estado en el que casi mueres —comentó Madame Margaret


La sombra se materializó en Chad. — Agradezco la preocupación, pero estoy bien


—Ya tendrás tiempo para pulir tus habilidades. La reunión está por comenzar y ustedes tres son requeridos.


—¿Abrirán el portal hacia el próximo universo? —indagó Shinji


—Es probable. Hay que repasar unos detalles y quiero su opinión en cómo arreglar la situación política demográfica de Gamta. Tras la muerte y entierro de la familia real, no queda nadie que gobierne a esa gente


—El cuerpo de la princesa Orchid no fue hallado —expresó Bulow


—Lo sabemos, sin embargo, por sus versiones es bastante probable que fuera evaporada por alguna clase de poder. En ese aspecto quiero ver su opinión, pero sobre la esencia es donde requiere su acción.


—¿Hacia dónde abre el portal? ¿Han recolectado alguna información?


—Claro que sí —aseveró Madame Margaret mientras les daba la espalda y empezaba a salir de la habitación. — La Tierra.

Comments

Rated 0 out of 5 stars.
No ratings yet

Add a rating

©2022 por KyonAndres Fanfics

bottom of page