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Looking for Something - Capítulo 4: Mara de Nirvana

  • Foto del escritor: Kyon Andres
    Kyon Andres
  • 11 ene 2017
  • 10 Min. de lectura

Castillo del Rey — Planeta Gamta


No importaba el lugar donde alguien pusiera su atención, el castillo estaba repleto de sonidos alusivos a la batalla, metal que chocaba entre sí, ráfagas de energía, gritos de dolor y angustia. El rey de Gamta miraba indefenso como la destrucción inundaba su castillo, todo por su imprevista decisión de ir en contra de los deseos y caprichos del conde del infierno, Abaddon.


Orchid, heredera del trono, mantenía con firmeza su brazo defensivo extendido en frente de su hermano menor. Por instantes blandía una espada de mango curvo a los soldados enemigos que se le acercaban. De reojo notaba como los recién llegados combatían con fiereza a los enemigos, se preguntaba para ella misma si la razón de su presencia tenía que ver con lo que se habló en el cuartel general de la resistencia. ¿Acaso esa pelea tenía más motivo a fondo?


Chad detuvo con su katana el golpe de la lanza de su contrincante, la arcana Mara estaba al frente suyo con ira en su rostro. Su vestimenta naranja parecía a momentos arder y la hoja de loto de gran tamaño abría sus pétalos a momentos, dando la sensación de una macabra sonrisa que le daba la bienvenida a las fauces de la muerte.


—Nunca pensé enfrentarme con un traidor de nuestras filas. Debo considerar esto una de las bendiciones de seguir al gran Abaddon —replicó Mara levantando su lanza para proseguir su ataque


—A diferencia de ti, logré ver el verdadero color de alguien tan despreciable. Lastimosamente veo que tanto tú como mi hermano siguen cegados por una sonrisa mediocre y un discurso barato —respondió Chad en posición de defensa, esperaba el mandoble en cualquier instante


Mara esbozó una sonrisa marcada, bajó su lanza y con su mano izquierda acarició a su flor de loto—. Siempre has sido y serás una marioneta, el gran Abaddon ofreció una forma de salvación en la cual podías ayudar a crear un sistema único y universal de paz y prosperidad.


Chad bajó su rostro y negando con la cabeza sonrió lentamente


—¿He topado un nervio sensible?


—Para nada —contestó Chad, la posición de su mano y katana se cambiaron a forma ofensiva—. Marionetas son aquellos que siguen las órdenes de otros sin cuestionar la relatividad del bien y el mal


Mara sonrió despectivamente y se lanzó al ataque, en cuestión de segundos fue detenido por Chad. La flor de loto generó un látigo gigante de color verde que golpeó al contrincante en el estómago y lo lanzó contra una pared, una nube de polvo se levantó en el lugar.


—Creía que Adrián te había entrenado de mejor manera —se mofó la arcana


—Deja de mencionar a mi hermano —gritó molesto desde el interior de la nube de polvo—. Ya suficiente deshonra es recordarlo, como para escucharlo.


—Le llevaré tú cabeza como señal de respeto—


Chad llevó su katana con la mano derecha a la parte posterior de su cuerpo, se aferró a la misma y de un saltó empezó a girar en el aire.


Courts Blood —gritó; la katana y él eran una sola fusión, un torbellino rojo sorprendió a Mara, la cual intentó detener el ataque sin suerte, tres cortes aparecieron en su vestido acompañados de rastros de sangre, a su espalda Chad sonreía.


—Miserable —gruñó la chica señalando a su enemigo con la lanza—. Si deseas que me ponga seria, lo haré. Te mostraré la razón de ser una arcana que representa la templanza.


—Mara de Nirvana —respondió Chad—. Como olvidar ese nombre


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Junto a Mara y Chad una explosión de energía sacudió el lugar, de entre el humo salía Hisako con polvo en su cabello. En ambas manos llevaba una larga cadena de metal, al final de ambos extremos se observaban como estaban unidas dos puntas de flecha cubiertas de sangre.


—Vaya —comentó al final—. Ha pasado algún tiempo desde que me obligaban a usar ambas cadenas


Al frente suyo se encontraba un sujeto gordo con uniforme militar negro, en el pecho llevaba una insignia de calavera, representaba su mando en cuanto a los soldados de la legión. Era calvo y llevaba un bigote bien cuidado, su mano derecha sostenía una pistola de doble cañón laser, al parecer al sujeto le gustaba apretar ese gatillo.


—No intentes hablar conmigo muñeca, pronto serás una masa de carne, sangre y tripas en el piso —enfatizó el sujeto


—Y dicen que el romanticismo murió — se mofó Hisako empuñando su cadena derecha, de un rápido movimiento la hizo girar a toda velocidad y la lanzó hacia el contrincante. Un disparo laser chocó contra la misma, que cayó al piso.


—No tienes posibilidad. Haré crecer aún más está pistola—


—Una pistola de gran tamaño ¿intentas compensar algo? —se mofó. Hisako acto seguido recogió su cadena con resignación, esperaba ganar la batalla sin mayor esfuerzo, parecía no era posible. Tomó ambas cadenas y repitió el proceso, esta vez primero le arrancaría la mano de esa horrible pistola.


/*/


Los disparos chocaban contra una barrera invisible, tras ella Fiura los observaba con aburrimiento. Se preguntaba porque la mayoría de razas de ese universo usaban armas físicas y palpables para luchar, suponía nunca lo sabría a certeza. Un golpe la sacó de sus pensamientos, notó como la barrera desaparecía, entonces su rostro se convirtió en una mueca de desagrado.


—¿Esperabas encontrar solo soldados con pistolas? —preguntó una chica de cabello grisáceo irregular. Su piel mostraba escamas que sobresalían en su rostro, sus ojos amarillos eran rasgados y ovalados, una larga cola con tres puntas en el final se movía con rapidez, al sonreír se observó una lengua húmeda y negra.


—¿En qué desperdicio químico caíste? —preguntó Fiura sin quitar la expresión de su rostro


—Te sorprendería de donde provengo. Un lugar tan oscuro que hasta el sol tiene miedo de aparecer


—¿Sólo el sol? —preguntó con desdén—. Tú lengua destruyó mi barrera, eso equivale a que no usas únicamente armas de filo.


—En lo absoluto —respondió con una sonrisa, mostrando sus afilados e irregulares dientes


Una sonrisa apareció en Fiura. Finalmente, una contrincante digna, su mirada se desvió a Chad ¿Qué tanto podría entretener a la arcana?


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Mara de Nirvana chocó su lanza contra la katana de Chad, a la par el tentáculo de la flor de loto intentaba golpear a Chad, sin éxito.


Revolución arcana —gritó Mara con furia.


Un fuerte temblor sacudió todo el reino, las nubes se tornaron a colores negros y rojos, una decena de rayos caían por todo el lugar. El miedo y caos gobernaron a todo el reino en cuestión de segundos. Las ventanas del castillo estallaron en miles de pedazos, hiriendo a todo el que se encontraba cerca. Una risa macabra se escuchó en el aire.


—¿Qué buscas al convocar eso? —pregunto Chad con temor, su voz se quebraba


—Hace mucho tiempo que no te he escuchado, traidor —declaró la voz—. Mara de Nirvana. Representante de la templanza. Es hora de que enfoquemos nuestro potencial para erradicar a todos los que se opongan al gran Abaddon-


La reina de Gamta profirió un grito de terror, por medio de las paredes destruidas del castillo se observaba un ojo gigante que se unía a un cuerpo alargado verde. Su altura superaba los cincuenta metros, dos patas raptoras superiores se apoyaban en la estructura del castillo, mientras que las inferiores habían aplastado varias construcciones, generando más caos en la población.


—Mantis —declaró Chad al mirar los ojos gigantes que estaban al frente—. Definitivamente ha pasado algún tiempo, esperaba no volver a ver tú desagradable morfología


—¿Ya no tienes miedo de usar tú poder? ¿O aún tiemblas en la noche con lo que le hiciste a ese planeta?


—Cierra el pico —gruñó Chad confuso—. O la mandíbula


—Solo existe una forma en la cual podrás hacernos frente a ambos —comentó Mara con felicidad. Sus ojos miraron alrededor, casi no quedaban soldados de ambos bandos, Chad y sus dos amigas se enfrentaban a los líderes de escuadrones, los reyes estaban paralizados con sus hijos, sin embargo, la princesa Orchid se mantenía atenta a todo movimiento para proteger a su hermano.


—No te daré el gusto —


—¿Miedo? ¿Quizá temes que suceda lo mismo que en la Tierra?


Chad le devolvió la mirada con resentimiento, sus recuerdos se enfocaron en esa fecha, no quería sucediera algo similar. Al frente suyo tenía a una arcana y su guardián, no podría enfrentarles a ambos, sus dos compañeras estaban en propias batallas. No tenía de otra


—Asesina a todos en este reino. Yo me encargaré de estos soldaditos de juguete —ordenó Mara. La mantis alejó sus patas superioras para dirigirse hacia los civiles.


Revolución arcana —gritó Chad


—¡No! —exclamó Fiura en la habitación


Las nubes espesaron y una mayor cantidad de rayos cayeron hacia todo el planeta. Un siseo se escuchó por todo el lugar, muchos regresaron a mirar a sus espaldas.


—Tan maravilloso sonido. Un poder digno que no es bien usado para la construcción de un sistema universal de paz —reclamó Mara


Un cuerpo largo y fino color cobre se asomó por el otro extremo del castillo, la reina del mismo se desmayó al observarlo. El siseo sonó nuevamente, para sorpresa y terror de muchos, una cobra de la misma altura que la mantis miraba a todos con rostro hambriento.


—Es un largo tiempo desde que me convocaste, Chad —


—Supongo está vez era necesario —respondió


La cobra siseó de forma tranquila. De un rápido movimiento se lanzó sobre la mantis, la cual la detuvo con sus patas delanteras. Mara hizo aparecer dos tentáculos de la flor de loto, estos generaron puntas al final. Chad detuvo a la una con rapidez, en ese instante notó como el otro tentáculo se retorcía en el suelo, una flecha lo atravesaba.


—Insensata —gritó Mara con furia, sus ojos estaban clavados en el arco que Orchid mantenía firme


—No te olvides que estoy aquí—


Una sección del castillo se redujo a escombros cuando la cobra cayó con fuerza producto del ataque de la mantis.


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El cuello del comandante de las fuerzas militares de la legión estaba rodeado por una cadena que le estaba quitando el aire. Hisako con fuerza estiró la misma para escuchar un sonido de ruptura. Regresó a mirar a su enemigo, para encontrar, una cabeza en el piso y un cuerpo con el cuello cubierto de sangre.


—Ups —declaró con sorpresa. Su mirada se dirigió a Fiura para ver si necesitaba apoyo, pero fue tal su sorpresa al ver a la chica de pie junto a un cuerpo chamuscado, estaba segura que su contrincante había muerto con menos dolor.


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La expansión causada por el choque de las armas resonaba entre los gritos de los ciudadanos en las calles, a los lejos se escuchaban disparos sincronizados. Chad supuso eran Shinji y Bulow deteniendo la ola de soldados de la legión había en la calle.


—Chad, el tiempo se termina —anunció Mara


—Quizá el tuyo —


—No comprendes, la esencia que persigo tiene un límite de tiempo para ser usada. Fue grato jugar con todos ustedes, pero mi señor espera la esencia.


Orchid se mostró más ofensiva al frente de su hermano para defenderlo.


—No te permitiremos ponerle un dedo encima a ese niño —gritó Fiura colocándose alrededor de Mara, a su costado estaba Hisako con cadenas en mano, lista para el ataque. Los tres guerreros le rodeaban en espera de sus intentos de ofensiva.


—Nunca pedí permiso —explicó Mara. La flor de loto desapareció, su vestido ardió en llamas y su rostro perdió rasgos. Ella desapareció y se materializó en la espalda de Hisako, a pesar del grito de Fiura, recibió un golpe con energía de la mano de la arcana en la espalda y salió disparada contra los muros del castillo.


Fiura convocó una esfera de fuego y lanzó hacia la arcana, esta última tomó la esfera en sus manos, le aumentó el tamaño y disparó contra la chica, la explosión lanzó a Orchid y su hermano al piso.


Chad saltó con su katana hacia su enemiga, pero una mano lo detuvo en el aire. Mara de Nirvana sonreía al frente suyo, la presión en el cuello hizo que él soltara la katana y sintió como era acorralado en una pared.


—Hace mucho tiempo que dejamos de entrenar juntos, desde entonces he tenido el poder para ser más que una arcana, sin embargo, prefiero seguirlo siendo. He sobrepasado tus poderes y te demostraré el error al haberte puesto en mi camino —dijo Mara de Nirvana con una sonrisa en su rostro, su lengua recorrió sus dientes


Chad intentó hablar, pero sintió un dolor en el cuerpo. La sangre caía por su abdomen, una espada le atravesaba y dejaba apresado contra la pared.


—No te permitiremos… —decía Chad con esfuerzo


—Olvidaste algo mi estimado —informó Mara con su vestido a normalidad—. Un arcano nunca va solo


El rostro de Chad cambió a terror y sus ojos chocaron con los de Orchid. La chica comprendió que algo estaba mal, regresó a mirar para sacar a su hermano del lugar y quedó helada al ver a su hermano apresado por una sombra


—Los arcanos trabajamos en parejas, es parte de un sistema de recopilación de información. Ahora es tiempo de liberar a la esencia de su envase—


La sombra generó una mano con garras que desgarró el cuello del niño en segundos. La sangre salpicó el suelo ante el grito de dolor de su hermana y padre. Un orbe de color blanco salió del cuerpo del niño y se posó en las manos de la sombra. El cuerpo inerte del niño cayó al suelo.


Orchid tomó dos espadas de la pared azul que la rodeaba y se dirigió hacia la sombra con furia para eliminarla. Una nube negra la rodeo con rapidez y en segundos evaporó a la princesa.


—Gracias por su comprensión —se mofó Mara observando al rostro lloroso y lleno de terror del rey


—¿No vas…a.…matarme? —preguntó Chad con dificultad


—En lo absoluto, ese placer es propiedad de Adrián


La sombra se movió entre las paredes con el orbe y desapareció. Mara generó una nueva esfera de fuego en su mano y lanzando al centro del castillo causó una explosión que llevó al mismo a escombros.


Sobre su flor de loto en el aire miraba con desdén al reino de Gamta, sus ojos se posaron en Shinji y Bulow que destrozaban a los soldados de la legión. No les dio importancia, tenían la esencia, ya todo estaba ganado.


Una orden fue recibida en todos los soldados, retirada por cumplimiento de la misión, poco a poco se desplegaron en sus naves para salir del planeta. Bulow y Shinji sabían que habían perdido, notaron que la vitalidad de sus amigos se estaba evaporando.


El reino de Gamta ese día presenció una pequeña parte del poder de lo que representaba el nombre de Abaddon en ese universo, un poder que se llevó muchas vidas inocentes.

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