Looking for Something - Capítulo 19: Liberación
- Kyon Andres
- 7 jul 2019
- 22 Min. de lectura
Sociedad de Almas, Seireitei
Su mente jugaba en contra a momentos, a pesar que estaba seguro de que el nivel de reiki de su contrincante no era de alto rango, definitivamente era notorio para un lugar en el cual no había despertado su esencia final. Notaba el movimiento y fuerza de Shinji junto a Noriko, evidentemente habían iniciado una batalla a mayor nivel, pero no conocían todos los datos.
Hitsugaya mantuvo su mirada seria en dirección de sus enemigos, notaba como sin esfuerzo alguno se había acercado lentamente a una posición cada vez más cercana. Su shikai había sido bloqueado sin problema alguno, y al analizar la situación, era evidente que el poder iría aumentando con el paso del tiempo. Estaba por arremeter con fuerza, cuando notó el cambio de color de las nubes y la formación de una figura gigantesca en el Seireitei.
Su mente creaba un sinnúmero de situaciones en el lugar, el poder que emanaba la misteriosa criatura era inmensurable, fue cuando observó como el Bankai del capitán Komamura aparecía. El hecho que hayan obligado al capitán de la séptima división a convocar su bankai, indicaba que todos ellos poseían poderes superiores. Su mente regresó a mirar a su contrincante derrotado ¿Acaso lo derrotó por suerte?
—Parece que algo ha distraído tu mente —declaró Noriko con una sonrisa aun mayor, el pecho de la joven comenzó a brillar en el instante que la espada aparecería con un brillo intenso, al perder este color, la espada ahora mantenía un filo de color negro.
—BANKAI —gritó Hitsugaya moviendo su espada— Daiguren Hyōrinmaru— completó. El dragón de su espalda brilló y desapareció. Su katana de apariencia corriente se elevó hacia el cielo, unas filas de hielo aparecieron para cobrar la forma de un dragón del mismo elemento. Este animal envolvió al capitán brillando con intensidad.
Cuando el brillo terminó de desvanecerse, un dragón de hielo más pequeño dotó de alas, cola y recubrió con una capa de hielo las extremidades del capitán, la boca del dragón y su cuello recorrían su mano.
El rostro de Noriko palideció durante unos momentos—. Su reiki se incrementó de una forma impresionante ¿Qué clase de guerreros son? —pensaba la guerrera con molestia. Especulaba si acaso Shinji hubiera logrado ser más útil en la batalla. ¿Por qué Chad continuaba declarando que esos guerreros eran parte esencial de la resistencia? No demostraban habilidad médica, mecánicas o bélicas de gran importancia.
—El Bankai es la fase final de la zampakutō, el poder máximo de cada shinigami. Lamento informarte esto, pero no podrás vencerme —informó Hitsugaya con la mirada fija en los movimientos de la espada de su contrincante
Una risa burlona se generó de la boca de Noriko —¿Un niño como tú me derrotará? —. Hitsugaya frunció el entrecejo al escuchar que le habían llamado, nuevamente, niño.
Hitsugaya se lanzó al ataque a una gran velocidad, Noriko no pudo reaccionar a tiempo la dirección del ataque. El capitán le propinó un corte en su antebrazo izquierdo. La joven arremetió con un mandoble sin éxito. Su rostro estaba cubierto por muecas de sorpresa, notaba la calidez de la sangre que caía por todo su brazo.
—Ryūsenka —gritó Hitsugaya. Un enorme bloque de hielo se creó rápidamente, acto seguido estalló en dirección de Noriko. Hitsugaya regresó a mirar y pudo observar como un muro de fuego había aparecido y salvado a la joven del ataque.
—Eso estuvo cerca —declaró Noriko con su espada flotando en el aire, la tomó con firmeza y generó un corte circular en su brazo a la altura del hombro. De esta forma generando una cicatrización inmediata en el sistema nervioso y la herida de su brazo.
—¿Qué haces? —preguntó Hitsugaya sorprendido
—Eso no te incumbe —declaró la joven mirándolo detenidamente—. Has herido mi brazo, por lo que ya no puedo luchar con mi espada de forma justa —completó, acto seguido de dos rápidos y hábiles saltos se ubicó en el techo de una edificación. Las nubes negras iniciaron una generación de un mayor número de rayos, los cuales caían por todos los lugares posible del Seireitei
—Kimí Jigoku—declaró Noriko. Todas las edificaciones cercanas eran desintegradas en miles de partículas, en los pies de la princesa se perfilaron varios jeroglíficos, sin dar tiempo a nada, varias llamaradas intensas cubrieron a Noriko.
Hitsugaya estaba sorprendido ante aquel poder. Las llamas no bajaban de intensidad en ningún momento, el calor era insoportable. El capitán mostró una mueca de horror al observar a su contrincante. Su piel ahora era de color negro y no había apariencia de piel sana, simplemente cicatrices horríficas. El fuego se movía alrededor de ella, generando una apariencia de aura con vida propia.
—¿Es tú nuevo poder? ¿Crees que el fuego podrá vencer al hielo? —declaró Hitsugaya moviendo su espada de forma irregular
—No es eso —declaró Noriko, su voz sonaba más profunda y lúgubre que antes—. He liberado mi poder, se podría decir que es un equivalente a tu Bankai —completó
Hitsugaya la miró con sorpresa, el reiatsu de su contrincante no se había incrementado en nada. Fue cuando cayó en cuenta de la serpiente del lugar, pese a que la serpiente desprendía más poder, el contrincante de Komamura no había cambiado su nivel de reiki.
—Love Pain—declaró Noriko saltando hacia la pared vertical de un edificio, su agilidad y velocidad habían mejorado a gran escala. El capitán notó como la joven guerrera lo rodeaba varias veces, por unos segundos pensó que se estaba desafiando en velocidad a Soi Fong.
Hitsugaya ambicionaba seguir con la mirada a su enemiga, pero realizarlo era un reto total, sus ojos no lograban efectuar esa maniobra. La guerrera apareció al frente e intentó causarle un corte, pero él la detuvo con su zampakutō. La chica de un impulso se alejó de su enemigo, para quedar nuevamente de pie en el suelo.
—Sennen Hyōrō —gritó Hitsugaya. Varios pilares de hielo se creaban y con una fuerte velocidad se dirigieron hacia Noriko, la cual ante la sorpresa quedó apresada en ellos. Hitsugaya miró y sonrió, estaba por guardar su katana ante la tenue victoria que había conseguido.
Los pilares temblaron y lentamente cayeron para convertirse en pequeños copos de hielo. Noriko apareció al frente de Hitsugaya con una macabra sonrisa. Con agilidad le causó un corte en el cuello a su adversario.
La princesa notó como hubo un cambio en el reiki del enemigo. La figura del capitán se desvaneció en el ambiente, un clon. A su espalda el capitán de hielo llevaba su mano a la altura del pecho, la sangre manchaba su traje. El capitán observó como las manos y piernas de la princesa estaban volviendo a su color y contextura de piel. Eso le generó una idea en la cual arriesgaría todo.
El capitán saltó al aire a toda velocidad levantando su espada con decisión, la herida empezaba a doler con intensidad—. Hyōten Hyakkasō —gritó con fuerza. El cielo convirtió las nubes en un color más oscuro. Varios copos de nieve empezaron a caer lentamente en todo el lugar.
—MoonFlower —gritó Noriko al sentir el poder del ataque, toda su piel oscura se empezó a unir al frente de sus manos, ardía con toda fuerza. Disparó en contra de Hitsugaya, pero los copos de nieve empezaron a chocar contra su cuerpo, al entrar en contacto con aspectos materiales estallaron y envolvieron al enemigo, congelándola en cuestión de segundos.
El ataque de su contrincante fue detenido por la zampakutō del capitán, pero la esfera de fuego se dividió en dos partes y la última atravesó el abdomen del capitán, la sangre salpicó al suelo. Su Bankai desaparecía y cayó al suelo con heridas graves, por un momento notó como todo a su alrededor generó una estática, definitivamente estaba perdiendo sangre a rápida velocidad.
Tres shinigamis llegaron, tres tenientes. El teniente de la primera división se acercó a constatar el estado del capitán.
—Teniente Sasakibe —declaró Hitsugaya mirándolo con seriedad—. Lleve a prisión a estos dos enemigos, con la máxima seguridad— completó señalando a Shinji y Noriko. El teniente asintió ayudándolo a incorporarse. Al estar de pie el capitán observó a una chica que llevaba un libro en sus brazos, la teniente Nanao Ise, de la octava división. A su lado la teniente de la doceava división, Nemu Kurotsuchi, cargaba en sus hombros a Hinamori y también a Kira, listos para transferirlos a las instalaciones de la cuarta división para que sean atendidos medicamente.
—Debemos ayudar a los demás —declaró Hitsugaya escupiendo sangre por la herida
—Capitán Hitsugaya, no se esfuerce —declaró Nanao aplicando una atadura a los enemigos—. Lo llevaremos a la cuarta división
—Las habilidades…—decía entre jadeos el capitán—…de todos ellos son superiores al bankai— completó, mientras los tres tenientes quedaban en blanco. —Si los demás pelean contra ellos pensando que manejan poderes de shinigami, perderán— completó antes de quedar inconsciente
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Bulow disparó a toda velocidad, había observado el dragón de Hitsugaya, la serpiente misteriosa y el gigante. Las peleas estaban en su punto más caliente, y él no se quedaría atrás. Yumichika intentó ocasionar un corte con su zampakutō liberada, pero no lo logró.
—No tengo tiempo para jugar, lo siento —se disculpó Bulow guardando sus dos armas de fuego. Llevó su mano a la espalda tomando una escopeta Western de cañones superpuestos, el hogar de varios cartuchos de calibre doce. Empezó a disparar, el shinigami de un salto los evadió, en ese momento notó que, al chocar la bala contra una edificación, esta estalló en miles de pedazos.
El shinigami comprendió que, si una de las balas de esa arma lo alcanzaba estaría muerto en cuestión de segundos—. Forma de destrucción número 31: Disparo de Fuego Rojo —atacó rápidamente en el instante que creaba una bola de fuego que impactó sobre su enemigo. Bulow fue lanzado contra el suelo. Realmente no esperaba ese ataque.
—No estoy para bromas —gritó Bulow en el momento que saltaba. Yumichika tenía planeado una estrategia con la que terminaría la batalla a su favor—. Forma de atadura número 61: Prisión luminosa de seis barrotes—
Seis luces amarillas atraparon a Bulow en el aire, inmovilizándolo por completó. —¿Qué demonios? —declaró el guerrero chocando sus dientes ante la sorpresa, intentaba liberarse, pero la presión era más fuerte.
—Creo que la única forma de derrotarte es esta —declaró con voz baja. Miró de reojo que no hubiera nadie cerca—. Te felicito, podrás ver la verdadera forma de mi zampakutō. Corta y desvía, Ruri'iro Kujaku—
La katana adquirió una luminosidad verde y azul fluorescente, la apariencia se modificó a varios hilos entrelazados que formaron plumas de un pavo real. Al mover la katana, las plumas crecieron y se transformaron en ramas que envolvieron al enemigo. La forma de atadura desapareció.
—Ruri'iro Kujaku absorberá toda tu energía espiritual, dejándote incapaz de moverte y propenso a cualquier ataque —completó el shinigami acomodando un mechón de su cabello—. Es una forma elegante de ganar una batalla
—Interesante —declaró Bulow con un bostezo abismal—. Pero tú plan maestro tiene una falla bastante sencilla. Yo no soy uno de ustedes, no tengo energía espiritual, o al menos no la ejecuto de la forma que he observado en ustedes
—¿Qué? —respondió temeroso, fue en ese instante que cayó en cuenta que las ramas que atrapaban a su enemigo no se modificaban, no aparecían las flores que debían absorber la vitalidad de su enemigo.
Sin movimiento previo, la escopeta se elevó en el aire y en lugar de disparar munición, una daga de aproximadamente veinte centímetros apareció y cortó las ataduras del enemigo. Al terminar de cortar rebotó con rapidez y se incrustó en el pecho del shinigami, sintió un dolor y ardor en el pecho. La daga brilló por unos instantes y encogiendo su tamaño, ingresó al cuerpo de su enemigo.
—¿Qué haces? —indagó Yumichika cayendo al suelo al no poder controlar su sistema nervioso, su zampakutō regresó a la normalidad
—Mi daga es controlada por mi reiki —comentó Bulow llevando su mano al cuello para brindarse un masaje de unos segundos, la batalla comenzaba a ser agotadora para su gusto—. Es un canalizador de poder
La daga en el interior del joven creó bifurcaciones en toda su estructura, las cuales fueron cortando por el interior de Yumichika. Antes de poder realizar un contraataque notó como todo se nublaba alrededor, intentó decir algo, pero cayó inconsciente, solo sabía que se había ganado una regañada de su capitán.
Bulow se acercó a su enemigo derrotado y extendió su mano a su rostro. Una esfera blanca fue creada y lanzada al cuerpo del enemigo—. Mi intención, para suerte tuya, no es eliminarte
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Tec chocó la espada contra el arma de Ikkaku. Este último sentía como su compañero de división luchaba contra el otro guerrero. Ellos dos pertenecían a la onceava división y no se podían permitir perder.
—Eres muy poderoso por el hecho de que has osado desafiarme sin ayuda de nadie —declaró Tec en tono desafiante, su mirada permanecía estática, como si nada de lo que pasara al frente le importara en realidad—. Sin embargo, esto no decide que seas más fuerte que yo— continúo con un repentino movimiento circular de su arma—. La fuerza nace en tú interior cuando la razón de la pelea es defender
Ikkaku enarcó una ceja con molestia. No comprendía a que se refería y le molestaba que no le brindara el respeto que merecía. Antes de poder replicar al comentario observó como el enemigo se colocaba al frente de un rápido movimiento.
Tec con una única mano giró su lanza a gran velocidad y gritando—. Vórtice— Se generó un torbellino de energía que golpeó al shinigami de lleno en el pecho. Cayó al suelo con su vestimenta rasgada, sin embargo, no encontraba herida alguna en su cuerpo—. Eso es jugar sucio— declaró Ikkaku mirando a su oponente con seriedad. No lograba percibir la agresividad.
—¿En serio? — se preguntó Tec arqueando su ceja derecha con evidente sorpresa —. Es la primera vez que escucho eso referente a mi forma de pelear, habilidades y demás. Lo que no me parece nuevo es que alguien como tú haya recibido el ataque de frente después de escucharlo ¿Acaso no sabes cómo actúa un vórtice?
—Si lo sé —respondió Ikkaku juntando sus dientes en un gruñido
—¡Se suponía debías decir no! — continúo Tec quedando en un rincón alejado, una nube negra apareció en su cabeza
—Oye —dijo Ikkaku mirando con vergüenza a su enemigo—. ¿Estás bien? —
—Claro que sí —declaró Tec con una sonrisa amplia en su rostro. Se había colocado de un breve salto frente a su compañero, tomó su lanza con firmeza y sacando su lengua infantilmente declaró—. Definitivamente no son una amenaza para mi nivel de poder
Ikkaku no sabía si lo que estaba observando era fingido o natural, pero no estaba con ánimos de pelar con un niño. Las órdenes del capitán debían ser cumplidas a cabalidad.
—Noto que tu reiki se ha incrementado y ha llegado a un nivel muy aceptable. Tengo la impresión que puede aumentar mucho más, por lo que no puedo permitir seguir recolectando información del ambiente de la misma forma— concluyó Tec en el momento que borraba por completo la sonrisa de su rostro. La lanza comentó a flotar y girar al frente del guerrero, antes de que el shinigami pudiera reaccionar, el arma se multiplicó por todo el lugar.
—Maldición —declaró Ikkaku con molestia por su evidente falta de acción inmediata. Tomó su zampakutō con fuerza para atacar, pero para su sorpresa de las decenas de lanzas se comenzaron a disparar finos hilos que lo envolvieron rápidamente en varias partes del cuerpo.
Tec lo miró sorprendido. Ikkaku con rápidos cortes con su arma se liberó de todos los hilos, fue cuando Tec declaró con una mano en su cabeza y una sonrisa torpe—. Lo siento, parece que me equivoque de técnica
—Ya me has cansado —declaró Ikkaku con su katana listo para atacar. El shinigami giró su cabeza varias veces para asegurarse que no había nadie cerca que pudiera observarlo. Tec sintió que el reiki de su enemigo aumentaba lentamente.
—Lo siento —habló Tec sin una expresión definitiva en su rostro—. En realidad, odio pelear contra ustedes, pero no tengo opción —completó el segundo líder levantando su lanza, de inmediato un brillo se generó en sus ojos causando que su mirada ahora fuera hostil.
—BANKAI —dijo Ikkaku sin tomar en cuenta las palabras o actitud desafiantes de su enemigo. Su zampakutō brilló nuevamente
—Crucifixión —declaró Tec con la lanza dividida en dos partes, cada una de ellas en una mano. Ambas armas giraron con rapidez y se dirigieron hacia el enemigo. Tec notaba como el arma de su enemigo empezaba a tomar una forma y tamaño desproporcionado, pero antes de que se materializara por completo las dos partes de la lanza atravesaron el cuerpo del shinigami, quien intentó generar palabras, sin resultado alguno.
Ambas partes de la lanza levantaron el cuerpo de Ikkaku al cielo, en ese instante dos lanzas de energía se generaron en el cielo y lo atravesaron nuevamente por la espalda y el pecho. Antes de que alguien en el lugar pudiera realizar una acción, las lanzas explotaron generando una amplia nube de polvo y energía.
—Si hubieras logrado terminar tú ataque, es probable que la batalla se hubiera prolongado. Aunque no estás listo para recibir mi poder en totalidad —completó—. Pero no lo hiciste y en las batallas solo hay un vencedor— concluyó ante la llega de Bulow
—Empieza a hacer notar su presencia— mencionó Bulow con un tono sereno
—Es cuestión de tiempo. Creo la mejor estrategia es reunirnos, no sería adecuado enfrentarlos por separado como sucedió en la dimensión de las sailor.
Una figura potente había llegado al Seireitei, definitivamente intentaba ocultar su reiki. Sin embargo, en la sociedad de almas, el reiatsu que poseía era notable y llamó la atención de todos los soldados del lugar.
En la sala de reuniones, el capitán de la primera división percibía al recién llegado. Existía algo diferente en relación a los que llegaron anteriormente, se podía sentir un aura maligna. A pesar que podía dirigirse con alguno de los cuatro capitanes que estaban presentes, prefirió dejarlo pasar, después de todo, ya había alguien que pronto lo enfrentaría.
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Era considerado el guerrero más fuerte de todo el lugar tal como su nombre lo indicaba. Su cabello de color negro con un peinado terminando en varias puntas junto al parche en su ojo derecho le proveían de un aspecto psicótico. Vestía el regular traje de shinigami de color negro y encima su haori de color blanco, el cual lucía cortado abruptamente en sus hombros, al nivel de su cintura cargaba una zampakutō que lucía desgastada. Su fuerza era incalculable, pese al hecho que era el único capitán que no conocía el nombre de su espada y por lo tanto no podía usar el bankai.
Su poder espiritual de color amarillo desquebrajaba todas las paredes del lugar, sus pasos resonaban en la tierra, era como si la naturaleza misma le temiera.
Lo había visto y sentido. El recién llegado era un sujeto que poseía un gran poder espiritual, superior al de los que llegaron anteriormente. Sus deducciones eran exactas, si los otros estaban dando problemas a los tenientes, él debía ser el más poderoso.
De dos hábiles saltos ahora corría a gran velocidad sobre los techos de las pocas edificaciones que quedaban, algunos rayos provocados por la serpiente cayeron a pocos metros de él, pero no les brindó importancia alguna. Avanzó rápidamente por todo el lugar, ese hogar tan familiar, cuando se dio cuenta estaba en el límite del Seireitei. Se había equivocado de camino.
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Fiura extendió su mano izquierda. A su espalda un pentagrama rojo brillaba, del cual se generaron varias ráfagas de fuego que salieron en dirección de uno de los shinigami, el teniente de la séptima división. El teniente era alto y musculoso, cabello negro y corto con las patillas recortadas y un fino bigote del mismo color bien cuidado. Sus ojos estaban cubiertos por unas gafas de sol negras. De varios saltos esquivó las ráfagas de fuego.
—Eres muy hábil —le galardonó Fiura ante la velocidad de su contrincante. Reunir información del lugar y sus habitantes, era necesario, pero en esta ocasión se dificultaba—. Para tú mala suerte, ese ataque es lo básico en magia negra —complementó
—Eso no importa —declaró el teniente iba, tomando su zampakutō liberada, la cual era una espada que desde su base hasta la punta se iba ensanchando, tenía una púa perpendicular a poca distancia de su extremo superior—. Las peleas son hasta el final
—¡Agh! —se quejó la guerrera con una mueca de desprecio—. Eres uno de esos sujetos que luchan por su honor, los detesto —completó la chica causando que el pentagrama brillará—. Primera Puerta del Infierno: Convocación: Grillos asesinos
Al finalizar la convocación, del pentagrama cientos de grillos iniciaron su salida, eran pequeños animales de color verde oscuro, en la terminación de sus patas se formaban cuchillas con las cuales atacar. Sus ojos de color rojo demostraban la ira que guardaban en su interior.
—¿Infierno? —preguntó Iba con sorpresa—. ¿De dónde provienen ustedes? —
Los grillos saltaron hacia su enemigo con la firme intención de cortarlo. El teniente se defendía con su espada al mismo instante que se encargaba de aniquilarlos. Eran varios y muy rápidos. De reojo miró a su compañera teniente, la cual se defendía de su contrincante, no podía contar con su ayuda. Aquel mínimo descuido fue suficiente para que uno de esos animales le cause un corte en el hombro. El corte fue muy profundo, por lo que la sangre empezó a caer rápidamente en gran cantidad.
Iba saltó hacia atrás con la intención de contraatacar—. Forma de destrucción número 31: Disparo de Fuego Rojo —, acto seguido lanzó una esfera color rojo que en una explosión general destruyó a cada uno de esos molestos animales.
—Interesante —declaró Fiura con emoción, esperaba un ataque de armas físicas, definitivamente ver magia, la emocionaba más de lo que se atrevía a aceptar. Sin perder tiempo alguno decidió contraatacar, pero el teniente no estaba dispuesto a regalar esa oportunidad. Con el uso de su velocidad, apareció frente a ella con la intención de generar un corte de un mandoble. La joven al ver eso se convirtió rápidamente en un gato negro, motivo por el cual logró evadir un ataque que pudo ser fatal.
El pentagrama se convirtió en un humo negro que siguió al gato hasta donde se detuvo. Una vez que Fiura retomó a su estado original, el pentagrama realizó la misma acción.
—Eres bastante hábil para huir — le provocó Iba mirando a su enemiga con desaire
—Lamento decepcionarte al no usar armas —se mofó ella causando que el pentagrama brillara con intensidad—. No es mi forma de pelear
Fiura saltó hacia el tejado de una edificación—. Primera Puerta del Infierno: Agresión: Rayos de sangre— gritó con fuerza. De sus manos salieron cinco rayos rojos que iniciaron una persecución agitada hacia el enemigo.
El ataque cesó de improvisto, el teniente no dirigió su mirada hacia atrás. Siguió su huida hasta estar en un edificio lejano, fu entonces cuando observó como la joven permanecía de rodillas en el suelo, algo la estaba afectando.
—Maldición —pensó Fiura empezando a toser. Su mano derecha cubrió su boca, cuando la retiró pudo observar como la sangre de su cuerpo empezaba a huir—. No puede pasar esto ahora
—Primera Puerta del Infierno: Defensa: Barrera sepulcral —enunció rápidamente. Una pared gris con rostros humanoides la envolvió en la oscuridad. El teniente observó todo con sorpresa, no estaba seguro si lo que evidenciaba era real o una distracción para atacar en cualquier momento.
Dentro de la defensa infernal, Fiura se encontraba arrimada a una pared, su rostro pálido iba acordé a la dificultad para respirar. Realmente se sentía mal y debía recuperarse pronto o perdería la pelea. Los recuerdos comenzaron a rodearla. Su mente inició una cadena de recuerdos.
Una niña de ojos verde esmeralda y cabello negro paseaba por el brillante patio, a pocos metros en frente se ubicaba una fuente de mármol de la cual caía agua del famoso río del reino, que se decía era sagrado y mágico. La niña se acercó lentamente hasta estar en el borde de la fuente. Sus padres le habían prohibido ir allá, pero ella sabía perfectamente que la imprudencia de los niños siempre era perdonada.
De improvisto y para su sorpresa escuchó varias voces que provenían de la fuente, era como si le estuvieran llamando para unirse en sus mágicas y llamativas aguas. Estuvo a punto de tocar el agua, cuando a su espalda escuchó su nombre.
—¡Fiura! —declaró una niña de cabellos negros, la cual se acercaba corriendo. Llevaba un pequeño vestido celeste con bordados de ángeles en el mismo. Atrás corría otra niña con un vestido de color celeste, y una diadema de diamantes en su cabeza.
—Ryuna— declaró Fiura al reconocer a la primera niña, estaba sorprendida de verlas en ese lugar—. Anna— completó al ver a la segunda niña—. ¿Qué hacen aquí?
—Pues eso es obvio— declaró Anna miraba a su amiga con una sonrisa cómplice—. Nuestros padres son gobernantes de los países y reinos aliados, por eso hemos venido con ellos para la reunión sagrada—
—Exacto— completó Ryuna con una gran sonrisa—. Además, queríamos saber si estabas bien. Oímos sobre aquella lluvia de rocas incandescentes y nos habíamos preocupando bastante—
—Ah —contestó Fiura sin emotividad—. Estoy bien, pero mucha gente de las zonas montañas murieron incineradas, aún tengo sueños en las noches donde veo sus cuerpos calcinados —repitió sin emoción alguna
—Debió ser terrible —declaró Ryuna abrazando a Fiura—. ¿Estabas observando la fuente de agua sagrada? La leyenda declara que es una fuente que podría dar un poder inmenso a los dignos o un poder maldito a los que no lo sean. Da miedo —concluyó
—Nadie sería tan estúpido como para meter la mano en ese lugar —respondió Anna moviendo su cabeza como muñeco saltarín
—Ese no es un vocabulario de una princesa —le reclamó Ryuna mirando seriamente a su amiga. Las dos chicas comenzaron a pelear, dejando de prestar atención a Fiura.
La niña con aún más curiosidad se acercó lentamente a la fuente, la había visto cientos de veces desde los largos ventanales de su castillo, pero era la primera vez que sentía todo era distinto, y en esta ocasión, pudo escuchar con claridad a las voces que la llamaban
Ven con nosotros y seamos una sola persona. El máximo poder podrá ser tuyo, habitaremos en ti y tú en nosotros. Viviremos y moriremos juntos.
—¿Quiénes son ustedes? —indagó en sus pensamientos. Pero ante su sorpresa le escucharon
Somos los antiguos seres de la orden de Merlín. Guardianes de grandes poderes que deberían ser otorgados a una persona elegida. Tú.
—¿Por qué yo? —preguntó
Eres la indicada, por la marca que podemos ver sobre tu cabeza ¿Aceptas?
—Sí —respondió mentalmente la niña. Acto seguido sus delicadas manos toparon por cuestión de un segundo el agua. Un sonido delicado se escuchó en el ambiente causando la intriga de las dos niñas acompañantes. Ryuna señaló a Fiura con terror. Anna estiró su brazo con la intención de apartarle del agua, pero no pudo hacerlo, el agua de la fuente se elevó y tomó la forma de un ser dimensional con una capa, quién rápidamente ingresó en el cuerpo de Fiura.
—¿Fiura? — preguntó temerosa Ryuna miraba a su amiga que permanecía de pie e inmóvil.
—Dime —respondió Fiura con tranquilidad, ambas niñas no notaron un cambio significativo en su amiga, lucía con normalidad, pero ahora en la fuente, el agua había desaparecido.
—No puedes estar tranquila con lo que has hecho —declaró Anna señalándola con rapidez. Fiura recordaba cuan mandona podía ser la chica—. Has consumido un poder que podría estar totalmente fuera de tu control—
—Lo sé —respondió con tranquilidad—. Pero presiento que esto será de gran ayuda para el futuro
—Yo creo que…— decía Ryuna antes de que una explosión a sus espaldas la lanzará en contra de la fuente causándole un corte en su pierna. Fiura y Anna se aferraron a un árbol cercano mirando como los soldados y líderes salían para observar como un sujeto aparecía ante ellos. Abaddon, el conde del infierno, hacía su presentación.
Fiura comenzó a respirar lentamente para lograr recuperarse antes de que su enemigo hallara la forma de eliminar la barrera defensiva. Si no se recuperaba, podría estar comprometiendo la misión.
Sabes de nuestro poder. El origen proviene de la magia. Si no hay demasiada magia a tú alrededor morirás.
Las voces la atacaban nuevamente.
—Lo sé —expresó con molestia—. Al parecer los demás han perdido o no están usando magia, pero no me daré por vencida—
Al terminar sus palabras la barrera que la protegía desapareció entonces mirando al teniente pronunció—. Lamento no seguir mostrando mi quórum de habilidades, pero mi tiempo de pelea contigo ha llegado a su final—. Tercera Puerta del Infierno: Convocación: Árbol milenario
Iba solo observó como un árbol del mismo tamaño que la serpiente y el Bankai de su capitán lo miraba de frente. Las dudas y temor lo invadieron, pero no podía demostrarlo a su adversaria, caso contrario perdería hasta la última gota de esperanza.
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Kuchiki Rukia avanzaba a toda velocidad por el Seireitei, el lugar era irreconocible. La cantidad de batallas que se habían dado en el lugar lo habían dejado con grandes niveles de destrucciones y heridos. Llegó hasta la puerta que deseaba, la puerta de ingreso a la sociedad. Al llegar observó como del lado contrario venía a toda velocidad una joven de piel morena y vestimenta anaranjada.
—Yoruichi sama —expresó Rukia al reconocerla. La shinigami avanzó rápidamente donde la joven recién llegada. La misma que observó a la serpiente y el gigante luchar fuertemente. Por otra parte, el dragón del capitán Hitsugaya desaparecía.
—¿Qué ha sucedido aquí? — preguntó Yoruichi con dudas y sorpresa al ver tal desastre
—De improvisto llegaron varios sujetos al centro del Seireitei, enviaron a los tenientes a contenerlos, pero casi todos fueron derrotados. Algunos capitanes han salido a enfrentarlos.
—No lo puedo creer— declaró Yoruichi—. Están peleando contra el Bankai—
—Por favor— dijo Rukia con seriedad—. Debes traer a Ichigo, él tiene el poder para detenerlos—
—Ella traerá a Ichii —enunció una niña de cabellos de color rosa que se encontraba cerca mirando todo el lugar
—Yachiru san —expresó Rukia al reconocerla
—Pero será tarde, Kenchan ya salió a pelear —completó.
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La sangre caía rápidamente por el torso, brazos y piernas del capitán Komamura, la calidez que recorría la sangre le recordaba lo frágil que podían llegar a ser sus cuerpos. Un corte de katana a la altura media del ojo derecho le dificultaba la visión.
—Me parece que te queda muy bien ese corte —declaró Chad con una sonrisa. Deseaba continuar con su comentario, pero le fue imposible, comenzó a toser y escupió sangre en su mano.
—Similar a tus pulmones —declaró Komamura levantando su arma para atacar. El gigante realizó la misma acción. De forma automática la serpiente levantó su cola, sin orden alguna, y envolvió la mano del gigante.
—Parece que estás en problemas —expresó Chad ante la acción de su protector arcano, miró la sangre de su mano y sintió molestia. La sangre quedó embarrada en su pantalón con la finalidad de limpiarla. Chad se encontraba cansado y el corte causado por el teniente Hisagi comenzaba a tener efecto en su coordinación—. La revolución arcana es el poder máximo en su ejército
Komamura quedó en silencio ante ello, por un segundo tuvo curiosidad del comentario, pero negando con su cabeza desistió ante ello—. Eso no me importa— gritó con fuerza. Dio un mandoble para que el gigante copiara el ataque y se liberara de la serpiente. Ante la sorpresa de Chad, el gigante del capitán realizó dos movimientos sin que fueran motivo de copia o seguimiento de acción.
Chad cayó en cuenta que, si no ejecutaba una acción rápidamente, tendría un problema mayor en cuestión de segundos. De un saltó se colocó en el hombro de la serpiente.
—Viper —declaró el guerrero uniendo sus manos en dirección superior, similar a una forma de rezo—. Funde con tu veneno— completó.
Komamura notó como por unos breves segundos la serpiente sonrío con placer ante la petición. Sin tener tiempo a reaccionar, la serpiente se elevó en el cielo para volar, su estructura se hinchó rápidamente y escupió una sustancia viscosa de color ver, la cual llegó al gigante sin efecto alguno.
Antes de entender el verdadero sentido del ataque, Komamura recibió el ataque de golpe, fue cuando entendió que no era un ataque físico especifico, era un veneno que se vaporaba en su piel rápidamente, ingresando a su torrente sanguíneo. El capitán soltó su zampakutō en el instante que el gigante desaparecía. Komamura cayó al suelo generando con su cuerpo un sonido hueco en todo el lugar.
Los capitanes notaron la desaparición del Bankai del capitán, definitivamente era tiempo de que iniciaran la parte ofensiva. El enemigo tenía definitivamente más poder del que aparentaban. El comandante general avanzó por una puerta principal para dirigirse a terminar estas batallas, seguido de cuatro capitanes. Las principales fuerzas del lugar entraban en batalla.
Chad cayó arrodillado al suelo. Su mano reposó en su pecho, notaba como tenía que hacer un doble esfuerzo para respirar con normalidad.
—Al parecer no logras mantener mi forma física como sucedía tiempo atrás, esto definitivamente, es una lástima —le encaró la serpiente con evidente decepción—. Adrián te dio una gran paliza la última vez, y desde ese momento perdiste la confianza en tu poder. Si no lo recuperas, terminaremos desapareciendo en el olvido ambos.
Al culminar sus palabras se desvaneció en el aire. Chad intentó replicar a la frase de su protector, sin embargo, no lo logró. Acto seguido sus piernas flaquearon y cayó de rodillas pesadamente en el piso, su visión era borrosa y un grupo de recuerdos lo invadieron
Se miraba a sí mismo en una ciudad que ya no existía más. Llevaba una capa en su espalda y en su mano una katana de filo rojo y mango negro, sus ojos tenían un brillo inusual. Al frente se ubicaba una joven de cabellos negros, llevaba un vestido blanco como la nieve, zapatos color celeste y en sus hombros un manto casi transparente.
—¿Cómo es posible que estés luchando al lado de Abaddon? —reclamó la joven, su voz estaba cargada de resentimiento, se sentía totalmente traicionada
—Querida Ryuna —declaró el joven dando varios pasos hacia adelante—. Lo único que deseo es el bien mayor del universo, un bien que lo traerá Abaddon. Ustedes tienen una percepción errada de la limpieza que realiza, lo ven como algo malo, pero en realidad es el primer paso para una era de paz
—¿Paz? —se burló Ryuna levantando la voz, se acercó y tocando con su dedo índice derecho la frente de su compañero le reclamó—Y dime ¿Quién vivirá en ese mundo de paz? Si han matado a todos los inocentes
—¿Inocentes? —declaró Chad con asombro—. Los pueblos arrasados eran los que arremetían la voluntad del gran conde del infierno, el gran Abaddon; ellos no anhelaban paz—
—Estoy harta de tú teoría de la buena vida que promete Abaddon— comentó la joven. Le dio la espalda y caminó en dirección contraria unos metros. Entonces se paró en seco y le regreso a mirar—. Porque no es eso lo que está aconteciendo
Chad la miraba con decepción y desconcierto. La niña que conocía, ya no existía. Al frente suyo se encontraba una verdadera guerrera, pero no era solo eso, sino que estaba siendo recriminado por parte de una de las principales líderes de la rebelión en contra de Abaddon.
—Me contaron que te has convertido en uno de los arcanos de Abaddon —especificó la joven con impavidez, sus ojos se tornaron brillosos, acto seguido le dio la espalda para que no la viera.
—Así es— contestó Chad con alegría—. Uno de los arcanos de Abaddon. El arcano número 16— completó mientras dilataba su brazo al cielo y una serpiente surgía en sus espaldas. —Chad de Viper—
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